Como primera experiencia realizada en el proyecto DiVinos de Asturias, os voy a contar cómo ha sido la implantación de mi primer micro-viñedo en Asturias.

Este proyecto tiene una gran ventaja inicial, y es que al desarrollar el experimento en un pequeño huerto familiar, en el que se destinará una pequeña parte de la parcela al viñedo, no es necesario alquilar o comprar terreno.

* inversión inicial en el terreno = 0 euros

Una vez determinado el sitio dónde plantar, el siguiente paso es elegir qué plantar. En «Mi primer viñedo» os hablo de la importancia de elegir bien las cepas, respetando la adaptación de las características agroclimáticas de la variedad con el clima de la zona.

Las variedades elegidas para DiVinos de Asturias son las siguientes:

  • «variedades tintas»: 
    • 2 Moscatel de Hamburgo – Moscatel negro.
    • 1 Garnacha tintorera – Alicante Bouschet.
    • 2 Syrah – Shiraz.
    • 2 Tempranillo – Tinta del país – Cencibel.
    • 1 Cabernet Sauvignon.
    • 2 Cardinal.
  • «variedades blancas»:
    • 1 Gewürztraminer.
    • 1 Pedro Ximénez – PX – Pedro Jiménez.
    • 2 Chardonnay.
    • 2 Moscatel.

*inversión en las plantas de vid = 25,60 euros

A la hora de elegir el sistema de conducción, en «cómo plantar una vid» os comento que «la espaldera en línea» es un sistema que facilita la poda y mantenimiento del viñedo (entre otras ventajas), por lo que es el sistema elegido para mi primer viñedo.

Al tratarse de un micro-viñedo (16 cepas en total) he decidido que la plantación sea en una sola línea, porque esto permite agilizar las labores de limpieza y mantenimiento, así como de la futura recogida de fruto.

20170514_205830

Esta decisión también facilitaría poder adaptar al espacio disponible una segunda línea paralela, en caso de querer duplicar la plantación (proyección a futuro).

Una vez plantadas las vides, y teniendo claro el sistema de conducción, el siguiente paso es implantar la estructura que conducirá las cepas. En el caso de una plantación compleja, bien por la densidad de plantación o por el sistema elegido, deberíamos implantar antes la estructura y posteriormente plantar.

¿Cómo construir un sistema de conducción low cost que perdure en el tiempo?

Si bien es cierto que los postes de madera son más económicos, y su aspecto rústico me encanta, la madera requiere un tratamiento anual para resistir a la intemperie, y con el paso de los año no tiene una buena vejez. Por ello, para los postes de la línea he decidido utilizar varillas de tetracero, en diámetros de 20 mm para los dos extremos y 16 mm para los postes intermedios y los refuerzos.

Las varillas tienen una longitud de 2,50m ya que irá enterradas 50 cm, dejando una altura útil de 2m desde el suelo, para guiar la formación de la vid y sostener la vegetación y los racimos.

Para hacer el montaje sencillo, decido soldar una anilla a diferentes alturas de cada varilla para poder guiar el cable (a 90cm, a 120cm, a 150cm y a 180cm del suelo) y otra a mitad de la varilla en los extremos para colocar un tensor que garantiza que la línea no se afloja al pisar la tierra o por las inclemencias del tiempo (por ejemplo el viento).

Asegurar que la estructura se mantenga en buenas condiciones con el paso de los años, teniendo en cuenta que estará a la intemperie, me plantea dos opciones: llevar el material a galvanizar o pintarlo. Pensando en minimizar costes, he optado por pintar, dando una primera capa con minio y un acabado final en verde, para que la estructura se integre mejor en el paisaje.

Una vez colocadas las varillas, se tensa un cable de acero recubierto de plástico de unos 3 mm a la altura de 90cm que será el encargado de formar las cepas. En las anillas superiores se colocarán los cables para la vegetación de invierno y verano, pero éstos no deben de estar tensos.

* inversión en materiales: 79,85 euros

Finalizada la implantación de la estructura, el siguiente paso será «domar» la vid mediante la poda para conseguir que se adapte al sistema de conducción y empiece a producir como queremos.

IMG_20170618_162640

Teniendo en cuenta que he utilizado herramientas propias durante el proceso (por lo que no ha sido necesaria inversión en herramienta) y que todo ha sido realizado de forma artesana, en mi tiempo libre, el coste total de este micro-viñedo asciende a 105,45 euros. Mi primer viñedo low cost, tiene un coste de poco más de 100 euros incluido el sistema de conducción.